Escribe: Cleto Aguado Gutiérrez
CPP.Reg.N°681
Ante la proximidad de las elecciones regionales y municipales del 3 de octubre, emergen en todos los confines, los casi siempre grupos politiqueros y oportunistas tratando de capturar de algún modo los cargos principales en los municipios, y con este propósito, ya están ultimando sus cuadros representativos y muy pronto irrumpirán la avalancha de candidatos de toda condición y calaña, algunos tal vez con la furia andina desbordante de entusiasmo y esperanza, pero vacíos en planteamientos programáticos de trabajos municipales que sean reales, efectivos y beneficiosos para la comunidad.
En los actuales momentos son pocos los grupos que ya han determinado la conformación de sus candidatos para el cargo de alcaldes y la mayoría están en plena disputa o búsqueda selectiva del más idóneo. Pero, lo irrefutable es que, los diferentes aspirantes a cargos municipales en las diversas agrupaciones políticas o politiqueras, en los cuatro años luego de las elecciones municipales nunca alzaron su voz de descontento o protesta contra el abuso, el autoritarismo y el despilfarro económico de muchos alcaldes distritales de Cañete y Yauyos; es decir los grupos partidaristas sólo aparecen en la temporada electoral con una serie de artimañas y ofrecimientos para intentar ganar los votos. En el caso de los yauyinos residentes en Cañete, existe la organización de una veintena de caso de instituciones distritales, pero se dedican únicamente a la pelota (fútbol que ni siquiera están incorporados a una Liga Deportiva), y nunca participan en el destino de sus distritos manejados a la deriva por alcaldes incapaces, salvo la intervención de unas tres organizaciones que apoyan a sus autoridades en caso de eventualidades.
Los ciudadanos de diferentes distritos de Cañete y Yauyos, ya están cansados y defraudados por las autoridades judiciales de Yauyos y Cañete, pues las sucesivas denuncias penales contra los alcaldes que dilapidan la economía municipal, sólo quedan archivadas en las Fiscalías de Cañete y Yauyos. Estas denuncias, pese a la gravedad de los hechos, no prosperan presumiblemente porque hay por medio las “benditas coimas”, que hacen perder la esencia de la verdadera justicia que esperan alcanzar los humildes ciudadanos de las lejanas comunidades campesinas, tan olvidadas por el gobierno central y tan abandonadas por la justicia.
Una antigua frase popular dice, “en la vida nadie es imprescindible ni insustituible”, entonces con mucha razón y realismo podemos aseverar que en las próximas elecciones regionales y municipales se vean nuevos rostros y se escuchen nuevas voces con planteamientos factibles y prioritarios a favor de cada distrito conforme requiere el electorado, ya que las postergaciones, la soberbia, el autoritarismo, los escandalosos malos manejos de los bienes y recursos económicos municipales y las denuncias penales contra los alcaldes anteriores, muchos de ellos reelegidos hasta por dos o más veces ya son demasiadamente conocidos; por lo que los hombres o mujeres que ostentaron bien o mal el cargo de alcaldes con denuncia penal o no, con vacancia de cargo o no, deben tener la conciencia de haber cumplido su responsabilidad ciudadana y ahora les toca descansar (con todo lo adquirido lícita o ilícitamente) con tranquilidad y despreocupación y dejar, que la nueva generación contribuya a conducir el destino de sus pueblos en el tramo que le corresponde en la vida.
En algunos distritos de Cañete, ciertos candidatos empezaron a hacer pintas a su favor en las paredes desde noviembre del año pasado como si pintar paredes y repartir magros desayunos en lugares concurridos por trabajadores de campo, como si fuese el camino seguro para llegar al sillón municipal, cuando la lección para ellos es el refrán siguiente: “No por mucho madrugar amanece más temprano”. Por otra parte nadie puede negar que entre los candidatos figuran nuevamente la gente ya agotada por los menos ya físicamente, otros son desocupados o no tienen un trabajo conocido, algunos tienen denuncias penales pendientes, otros tienen en su haber ciudadano antecedentes de arrogancia y deslealtad con los intereses de la provincia, y además aquellos que quieren aparecer como nuevo salvadores del pueblo no son los enviados de Dios, ni las únicas luminarias pensantes; sino que los ciclos de la vida humana se suceden a través de las generaciones y todos tienen la oportunidad de evidenciar su paso por este mundo, entonces dejemos actuar a nuestros sucesores.
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