jueves, 11 de febrero de 2010

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NOS ESCRIBEN NUESTROS AMABLES AMIGOS, GRACIAS POR SU DEFERENCIA.

Estimados amigos,

¡NAVIDAD!... es ya un rito comercial. Eminentemente comercial. Facundo Cabral, cantautor contestatario y cristiano, en una de sus canciones, relativas a la forma como celebran la Navidad las personas que se someten a la tradición capitalista, decía: ¡Corre, corre, Jesús! que no te alcance la gente. no vaya a ser que te suceda lo que ya te sucedió (la crucifixión).

Un pueblo alienado y enajenado, como lo es la mayoría en el mundo y en el Perú, sin la conciencia política revolucionaria, siempre andará tras la cola de la burguesía. Y, consecuentemente, siempre reproducirá la forma comercial de celebrar esta fiesta.

Por eso, quienes desde una mentalidad de cambio tenemos por fuerza que encarar esta fiesta cristiana, debemos reafirmar el compromiso de cambio revolucionario en todo el mundo. Hace más de dos mil años Jesús trajo un programa humanitario pero utópico: ¡Ama a tu prójimo como a ti mismo! Obviamente que los esclavistas jamás podrían amar al esclavo. Pero si hubiera sido el caso, dicho amor no hubiese pasado simplemente de la referencia individual: ¡como a ti mismo!

Con la aparición del proletariado y de su ideología, ese programa ha sido superado, pues la experiencia de la Comuna de París, la Revolución de Octubre y la Revolución China, como las más expresivas entre varias, señalaron un programa nuevo y superior: ¡Preocuparse más por los demás que por si mismo! y ¡Servir al pueblo de todo corazón! Y este programa solo es posible con el orden social colectivista. Es decir, socialista.

Y el proletariado como clase se emancipa a si mismo, cumpliendo la tarea de emancipar a toda la humanidad.

Por ello, quienes luchamos por adherir a la ideología del proletariado, con ocasión de la fiesta navideña, debemos reafirmar el compromiso de cambio social, resaltando el objetivo estratégico del orden nuevo, que actúa, en esta vieja sociedad, bajo el principio revolucionario de servir al pueblo de todo corazón y en el principio ético del proletariado conciente:

¡PREOCUPARSE MÁS POR LOS DEMÁS QUE POR SI MISMO!

Sirva esta fiesta navideña para explicar y crear conciencia en nuestra familia y amistades, que no hay más elevado espíritu que el de construir un orden social nuevo, invitándolos a ser parte de ese proyecto revolucionario. Y que esto es un trabajo permanente, persistente y plenamente realizable, si tan solo decidimos formar parte de esta maravillosa lucha.

¡Feliz cumplimiento del deber!


Joselito Rivera Romero (Huañec)

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